Cómo balancear las cenas de fin de año

¿Cómo balancear los alimentos para no afectar el bienestar? Las cenas de fin de año tienen un estilo bien definido en nuestro país. El pavo relleno o lechón al horno son el plato principal, que viene acompañado de puré de manzana, de camote o ambos, además de arroz especial a la jardinera o el denominado arroz navideño. Una ensalada en base a hoja verde pero que tiene trozos de manzana y otras frutas y para acompañar dos bebidas: el espumante y el chocolate. Y cómo no, el infaltable panetón. Todo ello si está bien preparado es inevitable que genere tanto placer que uno puede exagerar en su consumo y con ello ocasionar una urgencia digestiva esa misma noche o contribuir a otros malestares si se abusa de cierto grupo de ellos. Además, días antes de las fechas centrales, es muy común las reuniones o chocolatadas en los centros de trabajo, de estudio y amigos del barrio donde el chocolate navideño, el panetón y el espumante no faltan. Son las fiestas más importantes y motivos de reunión así que es bueno celebrar. Acá damos algunos consejos para que la celebración sea plena y no genere luego culpa por sus efectos adversos al no tener una información adecuada. Lo primero que se nos viene a la mente es que, independientemente qué tipo de reunión sea, la moderación debe ser la norma. Pero fuera de ello, es importante tener dos consideraciones más: la calidad de los insumos y la distribución o raciones de los mismos. El chocolate navideño debería ser 100% cacao. El cacao es una grasa buena, que consumido con moderación, contribuye al bienestar del cuerpo al tener propiedades antioxidantes y anti inflamatorias. Ahora se venden como chocolate de navidad productos que son en su mayoría grasa vegetal con saborizantes y casi nada de chocolate lo que favorece la inflamación y con ello dolores crónicos y mucha caloría que favorece al sobrepeso al contener más azúcar refinada lo cual no es un componente del verdadero chocolate. Los espumantes originalmente son vinos fermentados con o sin azúcar añadida. Los más “agradables” son los que pueden tener grandes cantidades de azúcares en su composición y, junto a su alto contenido de alcohol, realmente abusar del mismo puede causar algunos grados de intoxicación aguda y una migraña intensa por inflamación añadida. Sólo para brindis, preferir los de tipo Brut que son con poca azúcar añadida, por ende más amargos, y en cantidades pequeñas es lo mejor. El panetón ya no es de masa madre donde la fermentación natural permitía quitar del trigo los antinutrientes, sino de levadura comercial que favorece una fermentación que deriva en alcohol por lo que puede ser muy inflamatorio. Su alto contenido de carbohidratos refinados y frutas deshidratadas que concentran azúcar hacen que favorezca a nivel intestinal un sobre crecimiento bacteriano lo cual contribuye en pocas horas a las molestias intestinales. Pero también ocasiona alteraciones en las hormonas y favorecer dolores de cabeza y acumular mucho de este exceso calórico en grasa muy fácil de ganar pero difícil de perder. El panetón se debe considerar un postre, pues lo es, de ahí es que es importante consumirlo con mucha moderación. Si bien es difícil establecer una cena ideal cuando el principio de la misma es la abundancia con fines de celebración. Pero en general, sería bueno que la cena sea de dominio en la carne elegida al horno, con vegetales no fermentables y poca fruta sobre la ensalada, una ración muy pequeña de arroz y de puré, ricos en carbohidratos que luego son azúcar en la sangre; beber con moderación y no combinar bebidas. Disfrutar de las reuniones y de las fiestas es muy bueno, y para no arruinarlas o no arruinarse el bienestar, consumir con moderación, buscar insumos de calidad y saber distribuir las raciones de los mismos, garantizan que las fiestas sean solo alegría y sonrisas. Felices fiestas les desea el IMM y los mejores deseos de bienestar hoy y siempre.

Verano e infecciones vaginales: ¿Cómo evitarlas?

El verano trae consigo muchos beneficios al bienestar ya que se ha demostrado que los días más largos por efecto de mayores horas de luz natural traen consigo la liberación de serotonina y endorfinas, lo que hace que nos activemos y nos sintamos más felices. Pero por otro lado, si el calor es muy intenso y la humedad incrementa, puede traer consigo ciertos riesgos al bienestar como mayor tendencia a padecer de infecciones vaginales. Si bien las infecciones vaginales tienen múltiples causas, las más comunes son las que favorecen una alteración en el sistema de defensa, un cambio en el pH vaginal o un mayor sustrato energético para los microorganismos que ocasionan infección. Y todo ello se hace más común en verano. Lo primero es la humedad del día a día. De por sí las altas temperaturas favorecen mayor humedad en todas las zonas del cuerpo y si es en la zona genital, dicha humedad favorece la proliferación de microorganismos, principalmente de hongos, los que ocasionan prurito intenso en ocasiones. Una buena medida para disminuir la humedad en la zona genital es utilizar ropa más fresca como pantalones delgados y más holgados, además favorecer el uso de ropa interior 100% algodón que absorbe mejor la humedad y si se necesita utilizar protectores diarios, procurar cambiarlos muy frecuentemente, cada dos horas, para favorecer menor humedad en esa zona y evitar la irritación propia del material con el que está hecho el protector. Las playas y las piscinas se convierten en zonas de visita más rutinarias en la semana, y permanecer húmeda más tiempo también favorece las infecciones. Acá lo ideal es que cada vez que se salga del agua procurar secar el cuerpo lo que más se pueda de modo que la humedad sea menor. Se ha visto que la predisposición al sexo es mayor durante el verano y si la frecuencia de las relaciones incrementa, es posible que la alcalinidad del semen favorezca la aparición de infecciones por cambios en el pH vaginal, de tipo vaginosis bacteriana, cuyo síntoma es un flujo con olor cargado. Utilizar preservativo para evitar dicha alcalinidad es una buena alternativa. Finalmente, cuando de hidratarnos y refrescarnos se trata, a veces consumimos de rutina bebidas muy ricas en azúcares, así como snacks ricos en harinas y helados. Si se abusa de este tipo de bebidas o snacks, es posible que se altere el sistema de defensa por cambios en las hormonas del metabolismo y además, sin querer, le demos más sustrato energético a los microorganismos, con lo cual se favorece su sobre crecimiento y con ello la infección y sus molestias. Es importante tener en cuenta todos estos cambios y la manera de evitarlos, para así no favorecer la aparición o el empeoramiento de una infección vaginal. Hay que recordar que, la automedicación puede dificultar el tratamiento óptimo y empeorar las molestias. Por ello es importante que un especialista haga una evaluación adecuada y sugiera el mejor tratamiento según cada caso. En mujeres que las infecciones son muy ocasionales, o aparecen solo en casos favorecedores como el verano, un tratamiento local en forma de supositorios vaginales puede ser suficiente para aliviar los síntomas. Pero si eres de la que sufre de infecciones de modo recurrente en toda época del año y más en verano, es importante buscar las causas a fin de evitar la recurrencia y para ello nada como el enfoque de diagnóstico y tratamiento que promovemos en el IMM.

16% de mujeres peruanas tienen diabetes durante el embarazo

Hoy, miércoles 14 de noviembre, es el día Mundial de la Diabetes, una enfermedad que es la causa directa de 1.6 millones de muertes en el mundo. En esta fecha recordamos uno de los tipos de diabetes más peligrosos que hay: la diabetes gestacional, una enfermedad que ataca a 7 de cada 100 mujeres peruanas embarazadas. “Este tipo de diabetes, que aparece por primera vez durante la gestación, puede provocar un parto prematuro, anomalías fetales e, incluso, la muerte del bebé, por eso es esencial prevenirla y tratarla a tiempo”, comenta la endocrinóloga del Instituto Médico de la Mujer, Socorro Paico. La especialista nos brinda 5 claves para entender esta enfermedad muy poco conocida y cómo prevenirla: 1) Bloqueo de la insulina: La diabetes gestacional se caracteriza por la presencia de niveles altos de azúcar en la sangre sólo durante el embarazo. La placenta produce altos niveles de hormonas que bloquean la acción de la insulina, lo cual predispone en algunas gestantes a un aumento de los niveles de azúcar que ocasiona este padecimiento. 2) No siempre es asintomático : Las mujeres con esta diabetes generalmente no experimentan ningún indicio. Hay pocos casos en los que la gestante siente mucha sed, hambre y ganas del ir baño constantemente, sin embargo, no le toma importancia por ser síntomas muy parecidos a los del embarazo. “Se debe sospechar de diabetes gestacional cuando en los controles médicos se nota que el bebé está muy grande para la etapa o cuando la mamá está subiendo muy rápido de peso. El descarte más certero es a través de un examen de sangre a partir de la semana 24 de embarazo. Si la gestante tiene el azúcar por encima de 92 mg es un signo concreto de que padece este enfermedad”, señala Paico del Instituto Médico de la Mujer. 3) Factores de riesgo : Aun cuando cualquier mujer puede desarrollar esta diabetes, los factores de riesgo que incrementan las posibilidades son la obesidad o el sobrepeso, antecedentes de diabetes en la familia, haber dado a luz anteriormente a un bebé de más de 4 kilos, haber sufrido de síndrome de ovario poliquístico y tener resistencia a la insulina o prediabetes. 4) Tratamiento : El 80% del tratamiento es redistribuir la concentración de macronutrientes en su dieta, bajando el contenido de carbohidratos y azúcares e incrementando alimentos que dan tejidos como proteínas, grasas buenas y vegetales. “Si la resistencia a la insulina es marcada, será necesario darle a la gestante medicamentos que sean seguros para el bebé”, explica la médico endocrinóloga del Instituto Médico de la Mujer. La especialista recomienda realizarse siempre los chequeos de rutina para prevenir esta enfermedad, ya que en el futuro estos bebés pueden presentar problemas para respirar, tener niveles bajos de glucosa en la sangre, mayor riesgo de obesidad y diabetes tipo 2 o de enfermedades cardiovasculares. 5) Prevención: Finalmente, la endocrinóloga recomienda que la mejor manera de prevenir la diabetes gestacional sea tener peso ideal y mantener sus niveles de glucosa e insulina óptimos antes del embarazo. Un estilo de vida saludable a través de una alimentación sana, realizar actividad física, dormir antes de las 10 pm y al menos 8 horas, manejar el estrés y optimizar niveles de vitamina D, también contribuirá a prevenir esta enfermedad.

Dolor menstrual intenso y nutrición

La menstruación es un evento normal que ocurre cada mes y representa la expulsión de glándulas que crecieron dentro del útero para alimentar un bebé en sus primeros días de vida. Cuando una mujer ovula y no se da el embarazo, el útero contrae los músculos que constituyen su pared, y desprenden dichas glándulas apareciendo el sangrado. En todas las mujeres esta contracción de los músculos del útero puede generar algo de inflamación y dolores leves que no afectan su calidad de vida pero en algunas, en esos días el dolor puede ser tan intenso que prácticamente le bloquea toda actividad regular y afecta mucho su bienestar. ¿Qué lo ocasiona? Si bien es importante acudir al especialista para descartar cambios anatómicos como tumoraciones, la inmensa mayoría de quienes lo padecen no encuentran mayores cambios en los estudios como la ecografía y otros que se sugieren. De hecho también, no es la falta de analgésico la causa del dolor menstrual y por ello, cuando se consume, si bien atenúa el dolor, no puede impedir que al otro mes, el dolor regrese. En la mayoría de casos la causa de este dolor crónico y recurrente es la suma de factores promotores del dolor que vienen de la dieta, de las hormonas del metabolismo y del estilo de vida en general. Ciertos nutrientes, cuando están en deficiencia, favorecen el dolor muscular. Entre los más comunes están el hierro, la vitamina D y la vitamina B12. Estos micronutrientes son parte de una buena función en todos los músculos en general. Otros micronutrientes en deficiencia también favorecen el dolor, pues son anti inflamatorios naturales, como el omega 3, el magnesio y el zinc. Con la simplificación de la dieta moderna, muchas mujeres tienen deficiencia de dichos nutrientes sin saberlo y no lo asocian con su dolor menstrual o con otros tipos de dolor. Un macro nutriente que en exceso promueve el dolor, es el carbohidrato, sobre todo refinado. Y de él muchas veces se abusa en su consumo. Y es usual que se combine con otro promotor de inflamación que es muy abundante en la comida procesada y frituras: la grasa trans. Si bien hay otros cofactores que promueven el dolor menstrual y otros dolores, como alteraciones en las hormonas del metabolismo y otras condiciones del estilo de vida como la actividad física y las horas de sueño es la nutrición un tema importante a tener en cuenta. En el IMM no solo descartamos cambios anatómicos y sugerimos alivio sintomático, si no que vamos más allá y buscamos y orientamos a la paciente desde la causa básica nutricional metabólica para evitar la recurrencia y así recupere el bienestar de modo sostenido.

Consumo excesivo de azúcares incrementa riesgo de cáncer de mama

Sólo el 5% de casos de cáncer de mama tienen asociados un antecedente familiar directo y esto quiere decir que en el 95% de los casos existen factores ambientales y nutricionales que incrementan el riesgo de padecerlo. Así, más que la predisposición genética o heredada, es posible que varios estímulos del ambiente o del entorno incidan sobre la predisposición individual y favorezcan el desarrollo de un tumor en la mama. En la búsqueda de algunos de estos factores muchos investigadores se dieron cuenta que, a mayor incremento de sobrepeso en una población determinada mayor era el incremento de casos de cáncer de mama. El sobrepeso, por lo común, se debe a una excesiva acumulación de grasa en el cuerpo y esta grasa en realidad viene a ser excesos de azúcares que se almacenan como tal. El cuerpo necesita dos tipos de nutrientes: los estructurales que terminan siendo parte de nuestros tejidos y los energéticos que contienen diferentes tipos de azúcares. Los azúcares en la naturaleza por lo común son carbohidratos complejos, comunes en las menestras, los vegetales y la fruta entera. No vienen solos, si no acompañados de fibra y otros micronutrientes. No obstante, mediante el procesamiento de estos alimentos naturales, existen azúcares muy simples, que son sólo ello, azúcar sin fibra ni otros nutrientes añadidos, comunes en los jugos y sodas, en alimentos en polvo, y todo lo blanco: como las harinas, el pan blanco, el arroz blanco y las pastas blancas. Los azúcares simples al no tener fibra que los detenga, rápidamente ingresan al torrente sanguíneo y ocasionan aumentos bruscos del azúcar. Para evitar que el azúcar quede circulando en la sangre, el páncreas que es una glándula que regula la concentración de azúcar en la sangre, comienza a producir insulina. Esta hormona tiene la capacidad de convertir los excesos de azúcares en grasa y almacenarla como tal. Pero a más azúcar almacenada, más resistencia a su trabajo, por lo que el páncreas termina produciendo excesos de insulina para poder vencer esta resistencia. La insulina alta promueve la activación de ciertos factores de crecimiento que permitan que el cuerpo crezca para poder seguir almacenando los excesos de azúcar. Y aquí está el problema, que estos factores de crecimiento pueden sobre estimular el crecimiento distorsionado de ciertos tejidos, incluido el de la mama y a la larga malignizarlos. Detectar temprano un cambio en el tejido es muy importante, de ahí que la mamografía y ecografía digitalizadas son excelentes métodos cuya evaluación debe hacerse anualmente. Pero tan importante como ello, es identificar los factores de riesgo que pueden motivar cambios en los exámenes y tratar de modificarlos. En el IMM no sólo tenemos la mejor tecnología para una detección temprana, si no que, promovemos la identificación de factores de riesgo tanto nutricionales, metabólicos y de estilo de vida y su manejo idóneo, pues al controlar dichos factores la probabilidad de que los tejidos se dañen disminuye significativamente.

Como detectar a tiempo cambios en la mama

El cáncer de mama es el más frecuente en la mujer adulta, y sigue aumentando en todo el mundo. Cuando se encuentra en fases avanzadas hay muy poco que hacer, pero la detección oportuna en fases muy tempranas lo hacen altamente curable y hasta ahora se ha demostrado que la mejor manera de detectarlo muy precozmente es mediante evaluaciones periódicas. La interrogante es: ¿qué método es el mejor sin dejar de ser accesible? De primera intención se piensa en el autoexamen de mamas o la palpación por parte del médico. Su beneficio directo es que las pacientes pueden conocer la textura de sus tejidos y alertarse si el cambio es notorio. Otra ventaja del autoexamen de mamas es que es lo más accesible que hay y si no hay oportunidad de acceder a otros métodos de detección periódica es lo mínimo que se puede hacer y todas las chicas deberían saber autoexaminarse las mamas. No obstante, según la Organización Mundial de la Salud, no hay ningún dato que demuestre su eficacia en la detección temprana. Lo ideal, es acceder a métodos de detección precoz más eficaces, y esto ahora es posible toda vez que la digitalización en mamografía y ecografía han hecho a estos estudios cada vez más accesibles. Cual es mejor: ¿mamografía o ecografía? Pues bien, en realidad, no es mejor un método sobre otro, ni hacer uno sin el otro es suficiente. La combinación de ambos es lo ideal, pues se complementan, sobre todo luego de los 40 años. Y esto es así pues lo que ve la mamografía no siempre puede verlo la ecografía, y lo que ve la ecografía, la mamografía no siempre puede verlo. La mamografía es una radiación muy pequeña, totalmente inocua, que destaca muy bien los componentes calcificados en la mama. Y es así que se porta como cualquier radiografía, donde se destacan muy bien los componentes con contenido de calcio en nuestro cuerpo. Los tejidos que comienzan a distorsionarse y a volverse malignos crecen tan rápido que se deterioran también muy rápido y entonces comienzan a agrupar depósitos diminutos y puntiformes de calcio. Ese “camino” de depósito de calcio denominada microcalcificación, la mamografía la identifica con facilidad y mucho mejor si es una mamografía digitalizada o digital que permite una visualización por encima de los 5,000 pixeles de resolución. Pero hay una limitante; los tejidos blandos que no tienen calcio en su constitución son más difíciles de ver en la mamografía o en cualquier radiografía, y por ello, si existe un tumor que no tiene depósitos de calcio, en la mamografía no se va a visualizar. La ecografía al ser ultrasonido, si bien no podría detectar con facilidad una microcalcificación, es muy buena visualizando tejidos blandos, ya sean normales o alterados. Por ello los tumores, ya sean sólidos o quísticos, son nódulos que son más fáciles de identificar en la ecografía. Ambos estudios se complementan y mejoran la detección de alteraciones en la mama. Lo más adecuado es entonces una evaluación periódica que combine ambos métodos a la vez. En el IMM siempre combinamos ambos métodos en los Estudios One Stop Day de Menopausia Integral y Mamario Integral. Y durante la atención, buscamos factores de riesgo individuales para modificarlos y así disminuir la probabilidad de encontrar cambios en los controles periódicos.

Melatonina baja, cáncer de mama y luz artificial nocturna

El cáncer de mama, a pesar de las mejoras en la detección temprana y en la masificación del acceso a la mamografía y ecografía, sigue siendo uno de los cánceres más frecuentes en las mujeres y, muchas veces, su aparición no se debe a una tendencia familiar, si no a una combinación de estilos de vida modernos que favorecen su aparición. Uno de ellos está estrechamente vinculado a un evento reciente, que es el acceso casi universal a la luz artificial nocturna y, si bien este proceso ha hecho que el día prolongue sus horas de actividad, ya sea para mejorar el rendimiento laboral o socializar con la familia y amigos, también ha traído consigo alteraciones en los ciclos hormonales que datan de cientos de miles de años y que dependían de la alternancia entre la luz del día y la oscuridad de la noche. Muchos estudios notaron que, las personas que trabajan rutinariamente de noche como, por ejemplo, policías, enfermeras, trabajadores de ciertas fábricas, tienen un riesgo mucho más alto de cáncer de mama, así como las que viven en ciudades con calles muy iluminadas. Cuando aparece la noche, los mecanismos que reprimen a la glándula pineal se liberan y ésta comienza a producir grandes cantidades de melatonina, la cual impregna todas las células para inhibir su replicación, inclusive de las células neoplásicas anormales. Esta hormona está prácticamente ausente durante la exposición a la luz ya sea natural o artificial. La melatonina tiene un efecto particularmente directo sobre las células estrógeno dependiente, que son muy comunes en los tumores de la mama mediante múltiples efectos: bloquea los mensajeros cerebrales que estimulan al ovario haciendo que éste disminuya la producción de estrógeno, actúa directamente sobre las células cancerígenas bloqueando los receptores estrogénicos en ellas, disminuye la actividad enzimática que permite la producción de estrógeno en otros tejidos, como el adiposo; y finalmente, favorece la degradación del estrógeno disminuyendo así la sobreexposición al mismo, por parte de los tejidos de la mama. Si bien los dos estimulantes recientes lo eran sólo la luz del alumbrado fuera y dentro de la casa y el televisor, lo que preocupa actualmente es el cambio en los patrones de exposición nocturna a la luz artificial, que ha sumado, además, el uso cada vez más extendido en la noche de los smartphones para socializar, hecho aunado por las compañías que alientan este uso promoviendo ofertas para los usuarios nocturnos, algo a lo que nuestro cuerpo no ha estado adaptado en sus cientos de miles de años de evolución y, al ser socialmente común, no nos damos cuenta del impacto negativo que puede llegar a tener a largo plazo. La mejor manera de evitar una disminución de la actividad de la melatonina es procurar la mayoría de días dormir a partir de las 10 pm y por 8 horas. Sabemos que muchas veces la capacitación académica, el rol laboral, la actividad física y la socialización es posible que no se de en otras horas que éstas, pero tener presente que el proceso no se debe mantener por muchos años, dados sus riesgos es muy importante. En el IMM, estamos seguros de que no sólo la detección y la evaluación periódicas del tejido mamario son importantes, sino que, por encima de ello, es también muy importante la modificación de factores de riesgo que a veces no se advierten como tal, como este cambio social reciente.

El papiloma virus humano ¿Siempre cáncer?

Cuando buscamos información en internet sobre el papiloma virus humano (PVH), la mayoría de cosas que encontramos son muy alarmantes y realmente hacen entrar en pánico a cualquiera. Y es que todo apunta a que, si una mujer lo adquiere, si o si está condenada a padecer de cáncer de cuello uterino y que su pareja la ha contagiado de un modo reciente. Probablemente, la intención de estas informaciones, es que ninguna mujer se descuide en su examen anual ginecológico, pues lo que sí es cierto es que el cáncer de cuello uterino es el más frecuente entre las mujeres de nuestro país, seguido del de mama y toda mujer que ya inició su vida sexual, está en riesgo. Pero, cuando se adquiere el papiloma virus ¿es cierto que la pareja actual es el medio de contagio?, ¿ya es una condena al cáncer? La respuesta a estas preguntas no siempre es un sí. La mayoría de seres humanos, convivimos día a día con millares de bacterias y virus que son parte de nosotros sin saberlo y, la mayoría de veces, en concentraciones que no ocasionan molestia alguna. Cuando se inicia la vida sexual es donde hay muchas probabilidades de adquirir un PVH que normalmente el varón no sabe que lo tiene. Los PVH son virus con una extremada variabilidad o sub tipos; más de 150 y se encuentran en diferentes zonas de nuestro cuerpo y son fáciles de contagiar. La infección por PVH en la zona genital es muy común y se estima que, a lo largo de la vida, 75 a 90% de las personas lo tendrán en algún momento. Así que, más que un virus extraño que usualmente no vive con nosotros, el PVH es un residente habitual, a diferencia del VIH, por ejemplo, o el de la hepatitis. La mayoría de personas ni siquiera sabrán que lo tienen y no les ocasionará alguna molestia o lesión (estado de portador). En este punto, el saber si se tiene el PVH o no, sólo genera angustia y crisis en las relaciones personales, que no siempre es justificado, pues se puede tener el virus latente desde la adolescencia y expresarse más tarde en la adultez. Esto es, porque la proliferación viral se ve muy limitada si existe un adecuado sistema inmune o de defensa. Mantener siempre un buen sistema de defensa, depende de cuan balanceada esté la nutrición, los ciclos de sueño, los niveles de estrés a los que nos sometemos y puede variar en el tiempo. Por ese motivo, se deben hacer evaluaciones periódicas, idealmente anuales, combinando la colposcopia y el pap, que juntos son más precisos para detectar cambios en el cuello uterino, asociados a este virus. Si el sistema de defensa es deficiente o el tipo de virus es muy agresivo, es posible desarrollar infecciones sub clínicas (cambios pre cancerosos o displasias) o infecciones clínicas, ya sean benignas (condilomas o verrugas genitales) o malignas (cáncer de cuello uterino). La colposcopia puede identificar los cambios pre cancerosos, 5 a 10 años antes de que se conviertan en una lesión establecida, dando oportunidad para tratar, de modo mínimamente invasivo, a estas lesiones. ¿Cómo me mantengo protegida de este riesgo? Relaciones sexuales seguras: Procura tener una pareja estable y utiliza preservativos de rutina. Control periódico mediante colposcopia y papanicolau. Mejora tu sistema de defensa, balanceando nutrición y metabolismo. En el IMM somos expertos en el manejo interdisciplinario, que no sólo mejora el sistema de defensa para el área ginecológica, si no que permite evitar infecciones recurrentes en otras áreas del cuerpo.